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 Kosovo

La limpieza de aldeas, el secuestro, o las masacres de población civil acompañadas de torturas y mutilaciones, llegaron a convertirse en seña identitaria de casi todos los pueblos balcánicos a lo largo de la historia. 
 

Tras la derrota de Serbia en la Guerra de Kosovo, este territorio pasó a ser gestionado por Naciones Unidas (MINUK). En la actualidad, la complejidad histórica, cultural, y sobre todo política de la República de Kosovo, mantiene dividida a la comunidad internacional en posiciones muy diversas tras su autoproclamación de independencia el pasado año, lo que provocó el apoyo de unos y el rechazo de otros que no reconocen su soberanía, tal y como es el caso de España.

 

Que sólo un diez por ciento de los 200.000 gitanos que vivían en Kosovo antes de la guerra, permanezca hoy en el territorio de esta antigua provincia Serbia a causa de los abusos de que son objeto por parte de la población albano-kosovar, resulta más que inquietante.

 

Kosovo, integrada mayoritariamente por albaneses, se ha beneficiado de una forma directa de la protección de los EE.UU y del beneplácito de la ONU, quien propuso la "independencia supervisada” por la comunidad internacional para proteger a las comunidades minoritarias. 
 

Pero a pesar de esa "independencia supervisada”, lo cierto es que el 90% de las familias gitanas que allí residían han dejado de hacerlo, y el 10% restante, según evidencia en su informe la Human Rights Watch (HRW), son pasto permanente del odio y de la persecución hasta límites, que han terminado por arrinconar a esas mismas familias con sus niños, hacia formas de vida inaceptables en cualquier ser humano, lo que demuestra de manera inequívoca el carácter excluyente de los albano-kosovares.

 

La Human Rights Watch también hace mención de los asentamientos creados por la ONU con el apoyo de la administración Kosovar, sobre unos terrenos altamente contaminados por más de 100 millones de toneladas de residuos tóxicos, y definidos como “campos de la muerte” por Sr Polansky  en el Informe Nuevo Kosovo.
 

Todo el Informe Nuevo Kosovo es un relato escalofriante de despropósitos y de gravísima responsabilidad por parte algunos organismos internacionales, que se está cobrando muchas vidas y que requiere de una actuación inmediata, vidas de niños menores de seis años, que si logran sobrevivir, tendrán daños cerebrales irreversibles para el resto de su corta vida, ya que su muerte será prematura.

 

A la vista de ambos informes ¿quién puede hacer entender a un gitano el verdadero papel de la ONU en todo este asunto?. Se mire por donde se mire, parece que en modo alguno se contempla y se respeta la dignidad humana de los Rom, aún menos, su reconocimiento.

 

José Alfredo Maya Maya

Presidente de la Federación Maranatha de Asociaciones Gitanas

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